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El hilo conductor de la espiritualidad cristiana, es “aprender a ser hijo” (cf. Rom 8, 29). Y el P. Moisés, por su devoción al Padre y a María inmaculada, nos testimonia este camino con humildad desde “la fuerza de la pequeñez”, pues nos comparte: mi debilidad constituye, toda mi fuerza.

 

CARISMA DE FUNDADOR

 

Recibió el carisma de la Filiación Divina (el ser hijos de Dios), lo vivió desde la pequeñez espiritual.

 

En 1934, impulsado por el Espíritu Santo, fundó la congregación de Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, en la Ciudad de México. Descubrió que Dios le tenía una misión en la Iglesia: esparcir la semilla de la pequeñez espiritual.

 

ESPIRITUALIDAD DE INFANCIA ESPIRITUAL

 

El secreto de su Santidad está en la experiencia de Hijo pequeño amado del Padre, que Dios le mostró en la osada pequeñez espiritual, como medio de santificación: «Es necesario ser muy pequeño, para ser un gran santo». (Diario Espiritual, 22/01/2023).
 

Por la fe se aventuró a recorrer la vida de Jesús por el camino de la Infancia espiritual:

«Hay que ganar a Jesús, haciéndonos pequeñitos» Diario Espiritual, 04/04/1922.

«Qué incomparablemente hermosos es ser tan pequeñitos, por eso cantaremos con nuestra Madre el cántico de la gratitud» Diario Espiritual, 15/07/1935.

«En cuanto a los más íntimo de mi alma creo que nuestro Señor me pide conocer más y practicar mejor mi camino que consiste en vivir... como un buen hijo de Dios... débil... inútil... amante... humilde, confiado, etc., y como tal vivir una atención constante y amorosa a Dios mi Padre, mirándolo todo a Él...» Carta al P. Félix de Jesús Rougier, s/f.

«Un alma pequeñita, como nunca se ve a sí misma, ni a criatura alguna, sino sólo a Dios; como sólo en Él descansa y se apoya, siempre está tranquila y sonriente, a semejanza del parvulillo, abandonado a los cuidados de quien lo ama más que a su propia vida» Diario Espiritual 04/1936.

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