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Dios en su amor, dio el carisma de fundador al Beato Moisés. Nuestro Señor me ha elegido para llevar a cabo la misión más sublime que Él trajo a la tierra, la misión de enseñar el Espíritu filial, el espíritu de pequeñez, o sea de humildad. Diario espiritual, julio 14 de 1935.

Quizá si Dios me hubiera propuesto esto, hubiese yo dicho NO, pero me fue llevando sin duda. Enseñanzas P. Moisés, agosto 4 de 1940.

Dios le confió la misión de esparcir la semilla de la pequeñez, en el apostolado de la salud, educación y pastoral misionera.

Palabra del Fundador

Misión sublime

Nuestro Señor me ha elegido para llevar a cabo la “misión más sublime” que Él trajo a la tierra, la misión de enseñar el Espíritu filial, el espíritu de pequeñez, o sea de humildad. (Diario espiritual, julio  14 de 1935).  

Nuestra pequeña obra es como una plantita que apenas si empieza a desarrollarse. Está sembrada ya la semilla, ya empieza a germinar, vislumbramos sus frutos, pero para que los dé sazonados necesitamos regarla y regarla con lágrimas, como lo necesitan todas las obras de Dios. Lágrimas, dolor, sufrimiento, sólo con ese riego serán fecundas. (Enseñanzas P. Moisés, mayo 17 de 1936).  

La obra ha seguido adelante, a pesar de todo, pero ya saben lo que más me preocupa, no son las obras exteriores, ni aun la caridad que hacen. Lo primero que tengo muy presente y más me preocupa es su alma, su espíritu.  

El El espíritu que deben tener ya lo saben, es el espíritu del Evangelio, de santa Teresita, el de pequeñez, el de la Infancia Espiritual. Pero, amadas hijas, no olviden que deben cuidarse de la falsa interpretación de esta doctrina. ( Enseñanzas P. Moisés, abril 18 de 1937).  

Al principio tuvimos la idea, le dimos forma hasta desarrollarse en lo que ahora es la Agrupación. La “primera idea” era la de la ayuda mutua simplemente.  

Nuestro Padre Félix me dijo: Generalmente las señoras o señoritas que trabajan ayudando a hacer el bien, se ven en circunstancias difíciles, se quedan solas, pierden sus padres, sus atractivos, sus fuerzas y luego van a morir enteramente solas, abandonadas... ¿por qué no organiza algo para que se ayuden? Y... empezamos luego a formar un grupito. (Enseñanzas P. Moisés, julio 21 de 1940).  

La misión que Dios puso en mí al traerme al mundo es precisamente la de intensificar el  espíritu del olvido propio, de la humildad en lo natural y en lo sobrenatural, quizá si Dios me hubiera propuesto  esto, hubiera yo dicho  “NO”, pero me fue llevando sin duda, ustedes como hijas son colaboradoras,  continuadoras.  (Enseñanzas P. Moisés, agosto 4 de 1940).   

La herencia que les dejo: mi espíritu.  

Mi espíritu propio, “es ese caminito de la infancia espiritual”, de la pequeñez y del abandono. Les  dejo mi propio espíritu, el que Dios me dio para ustedes, ese caminito de pequeñez espiritual, de abandono. Nadie como ustedes ha recibido mi propio espíritu.  

Esa es la herencia que les dejo. Yo les pido por lo que más quieran y será el mayor consuelo que me darán, que practiquen ese espíritu. Será bien para sus almas, gloria de Dios y bien de la Iglesia. De lo contrario prefiero que se destruya la Obra si no llena el objeto principal que es su santificación por medio de vivir la humildad y la caridad.  (Enseñanzas P. Moisés, noviembre 26 de 1943).

Una de mis misiones es ésa: la de aumentar las almas pequeñas, porque cualquier cosa que les dijo, hasta las más insignificantes palabras hacen mella en ellas. ¿Por qué? sencillamente porque es Jesús quien lo hace en mí y por mí. (Enseñanzas P. Moisés, febrero 22 de 1939).  

Dios me ha puesto como la fuente para que beban

Ustedes son mías, Dios las ha puesto en mis manos, yo no las he buscado; Jesús es el que lo ha hecho todo, El me las ha entregado. Yo tengo esta misión, la misión de esparcir por donde yo vaya la semilla de la pequeñez espiritual, de aumentar, de acrecentar el número de almas pequeñas trabajando en todas las almas que Él pone en mi camino. Sí, Jesús me las ha dado de una manera muy especial y particular y, aunque indigno, me ha puesto como la fuente para que beban y las ha puesto en mis manos, digo por esto que tienen esa responsabilidad delante de Dios (Enseñanzas P. Moisés, noviembre 26 de 1943).  

Hagan lo que les dice la fe… “...Fomenten la fe, hagan lo que les dice la fe. Vivan estas verdades fundamentales: Dios me ve, Dios permite las cosas.  

Deben actuar bien  en este espíritu de fe. Se nota luego el alma que no vive de fe... en los fracasos se entristecen y en los éxitos se ensoberbece ¿Dónde están los principio de la fe? ¿dónde están esos principios , que me dicen claramente: Dios permite todo y tras los acontecimientos está Dios? Dios es Padre y como Padre bueno nos ve, nos oye, nos habla al corazón, nos hace hacer actos de fe; yo creo porque Él me lo dice y no puede engañarme ni engañarse”  (Enseñanzas P. Moisés, octubre 7 de 1945).  

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